Caza y matanza de la orca

Por Héctor Jiménez

¿Animales asesinos?

No, una crítica falsa hacia las orcas les dio la fana de animal hambriento, mortal y asesino, sólo porque mata para poder conseguir su alimento (¿pero quién no lo hace?). En 1962, se realizaron ciertas investigaciones que hicieron el descubrimiento de 11 focas y 13 marsopas dentro de una orca. Después estudios dieron a conocer que la orca no se había comido estos animales en un día, resulta imposible que su estómago pudiese soportarlos.

Esta equivocación incrementó su mala reputación y desencadenó que se les cazara y matara. Así fue como en argentina, en 1977, las orcas fueron balaceadas por la Prefectura Naval.

Uno de los principales problemas de la caza de orcas es que puede llevar a estos animales a su extinción, perjudicando al ser humano secundariamente.

Las orcas cazan pingüinos, marsopas y focas, de no existir un depredador natural para estos organismos, sus poblaciones crecerían incontrolablemente generando plagas.

Las orcas no tienen enemigos naturales o depredadores, su única amenaza es el ser humano que las captura para mantenerlas dentro de acuarios, las caza o las mata para aprovechar su piel y grasa.

El último gran asesinato de orcas fue en 1971 en la Antártida, cuando barcos rusos asesinaron y aniquilaron a 900 orcas.

Una posible solución a la caza de orcas sería que se realizaran programas que regulen la caza, es decir que la permitan moderadamente en zonas específicas, en números determinados y evitando los tiempos de reproducción. Podrían cazar a las orcas con una edad mayor y de preferencia machos, pues la madre tiene que cuidar a sus crías.

Sólo para concluir, una orca en libertad puede vivir hasta 80 años, mientras que una en cautiverio solamente vive 12 años en promedio, con estos datos sólo una pregunta queda:

¿Quién es realmente el asesino?